Entrevistas a trabajadoras que fueron despedidas por la empresa Electrolux en abril de 2020.
Informe preliminar (25 de junio de 2021)
Edmé Domínguez R. Profesora adjunta, Facultad de estudios internacionales, Universidad de Gotemburgo, Suecia
Asistente: Catalina Domínguez R.
En abril de 2020, la empresa Electrolux, ubicada en Ciudad Juárez, despidió a más de 100 trabajadoras. Se las obligó a firmar una “renuncia voluntaria” por haber realizado una protesta y parado para exigir medidas de protección para evitar el contagio de coronavirus. El virus ya había empezado a propagarse entre el personal y había causado al menos una víctima mortal. Las trabajadoras exigían desde el cierre de las fábricas, como ya habían hecho otras maquilas en la ciudad, hasta la distribución de insumos básicos de protección personal. El portavoz de la empresa prometió buscar una solución, pero al regresar a sus puestos de trabajo la semana siguiente se dieron cuenta de que las habían despedido. La protesta original surgió de manera bastante espontánea y muchas de las trabajadoras que resultaron despedidas habían acudido mucho por curiosidad o interés de saber que pasaba a la cafetería donde se realizaba la asamblea. Pero también les preocupaba el contagio y la actitud pasiva de la empresa con respecto a brindar algún tipo de protección contra la epidemia que ya había entrado a la fabrica. En este informe presentamos el testimonio de algunas de las mujeres trabajadoras que fueron despedidas en abril de 2020. Las entrevistas se realizaron entre fines de mayo y principios de junio de 2021.
Elegimos entrevistar solamente a las trabajadoras dado que se trata de Cd Juarez ya mundialmente conocida por su espiral prevalente de violencia, especialmente contra las mujeres.
El contexto: Ciudad Juárez, violencia y mujeres trabajadoras
Ciudad Juárez es conocida, no solo en México sino en todo el mundo, por la gran cantidad de femicidios. Estos se empezaron a denunciar en la década de 1990 (Swanger 2007, Amnesty International 2003). Estos femicidios no solo se encuentran en el ámbito de la violencia doméstica sino también, en gran medida, en el de violencia organizada, ya que hablamos de mujeres que fueron secuestradas, torturadas y asesinadas. Si bien las cifras son imprecisas, muchas fuentes indican que cientos de mujeres han sido asesinadas en Ciudad Juárez desde mediados de la década de 1980. De hecho, solo en el período 2015-2020 podemos observar un importante aumento: de 43 en 2015 a 205 en 2020 (Ellas tienen nombre). Este aumento se vio especialmente agravado al comienzo de la pandemia en abril de 2020.
Ciudad Juárez es un centro industrial que cuenta con 330 maquilas, es decir, plantas de montaje cuyos propietarios son empresas estadounidenses o europeas y emplean a unos 300,000 trabajadores (Infobae 2020). La mayoría de los empleados de estas fábricas provienen de los estados del sur, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Guerrero, donde las oportunidades de empleo son muy escasas y donde los delitos violentos han aumentado notoriamente en las últimas 2 décadas. Uno de los motivos principales por los cuales las maquilas se instalaron en Ciudad Juárez (y en el resto de la frontera) es que los salarios son bajos: 181 pesos (USD 9) en 2019 y 203 pesos (USD 10) por jornada desde enero de 2021 (El Financiero, 1 de enero de 2021). En comparación, el salario mínimo en la región sur de los Estados Unidos oscila entre USD 7.25 en Texas y USD 13 por hora en California (Ministerio de Trabajo de los Estados Unidos, mayo de 2021). Además, otro motivo importante por el cual estas empresas se instalan allí es la cercanía con el mercado estadounidense y la eliminación de aranceles a la importación y exportación gracias al Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC, cuyo predecesor fue el TLCAN (NAFTA en ingles).
Otro aspecto importante en este contexto es que cerca de la mitad de los trabajadores de las maquilas son mujeres. De hecho, en los comienzos de la industria las mujeres eran mayoría (década de 1980) pero esta participación disminuyó cuando, especialmente en la década de 1990, comenzaron a contratar a más hombres (De la O, 2004). Según una de los investigadoras que ha estudiado este tema por muchos años, la presencia de las mujeres como trabajadoras en las maquilas comenzó en los puestos más bajos de la producción y hoy en día siguen ocupando esos cargos. Pero también son sumamente flexibles y se adaptan a todo tipo de tareas y destrezas, y así lo indica su alta rotación en la industria (Quintero 2021). También es importante destacar que si bien la participación de las mujeres en 2019 alcanzó el 45 % de la población del país, de mujeres de entre 15 y 60 años, esta situación cambió con la pandemia. Según las estadísticas mexicanas oficiales, su participación bajó a un 39 % en 2020, lo que significa un retroceso de 15 años. De cada 10 desempleados por la pandemia, 7 son mujeres. Las mujeres representan el 71 % de las personas que no han vuelto a conseguir empleo (El País, mayo de 2021).
Por último, Electrolux tiene unos 5000 empleados en sus plantas de Ciudad Juárez. La empresa tiene su propio “código de conducta” y adopta también las pautas globales sobre los derechos de los trabajadores.
Estudio mediante entrevistas
Este es el contexto que enmarca nuestro estudio. Entrevistamos a siete de las trabajadoras que Electrolux despidió en abril de 2020. Realizamos entrevistas telefónicas semiestructuradas en las cuales cubrimos distintos aspectos de su experiencia en Electrolux, tanto antes, durante y después del conflicto de abril de 2020 y de su despido. Los nombres que utilizamos y presentamos son ficticios ya que les aseguramos que permanecerían en el anonimato. Sabemos que esta no es una muestra representativa, pero creemos que nos brinda una visión general de lo que han vivido estas trabajadoras y como tal debe ser tenida en cuenta.
El contenido recabado mediante estas entrevistas se divide en 5 secciones temáticas: perfil, experiencia de la trabajadora antes de su despido, sus vivencias con respecto a la crisis y el despido y la indemnización recibida, sus experiencias en materia de acoso sexual en la empresa o en materia de inseguridad en Ciudad Juárez y la posibilidad de sindicalizarse. Vale la pena destacar que ninguna de nuestras entrevistadas fue tomada en cuenta en el estudio que realizó la empresa, en el otoño de 2020, para averiguar lo sucedido.
Perfiles de las entrevistadas
Las entrevistadas son mujeres de entre 25 y 53 años, provenientes de distintas partes del país, en su mayoría del sur, pero también de los estados vecinos. La mayoría tiene hijos, algunos muy pequeños, otros ya adolescentes o adultos. Algunas están casadas, en estos casos sus esposos también fueron despedidos o siguen trabajando en Electrolux. Algunas también tienen hijos u otros familiares que trabajan en la empresa. Estos grupos familiares son importantes porque van a tener cierta influencia en las experiencias laborales de las mujeres. Cuando hay niños pequeños, la cercanía con la guardería o el hecho de que el esposo trabaje en la misma fábrica es un factor importante que hace que sea más difícil o más sencillo trabajar en Electrolux. Otro aspecto a considerar es que algunas de las entrevistadas son madres solteras y tienen hijos a su cargo, por lo tanto, su trabajo es indispensable para la supervivencia de la familia.
La experiencia de trabajo en Electrolux antes del despido.
Sus experiencias fueron bastante heterogéneas. Las trabajadoras entrevistadas habían trabajado entre 1 y 7 años en Electrolux antes de ser despedidas. La mayoría había trabajado también en otras maquilas, alguna incluso hasta 20 años antes de llegar a Electrolux. Casi la mitad de las entrevistadas dijeron que les gustaba trabajar allí, ya que la empresa era mejor y tenía buenas condiciones de seguridad y oportunidades de ascenso. Estas experiencias positivas se correlacionan con la edad. Las entrevistadas más jóvenes tienen una mejor opinión que las mayores, quienes han trabajado allí por más tiempo. Sin embargo, incluso las jóvenes también expresaron experiencias negativas que indican que las tareas que realizan son trabajo pesado, que sufren temperaturas extremadamente altas o bajas (según la estación del año) e incluso mencionan accidentes laborales que les dejaron secuelas físicas permanentes por negligencia de la empresa.
Las opiniones con respecto a los salarios difieren. Algunas consideraban que los salarios eran buenos, otras consideraban que eran menores que en otras maquilas.
El despido
Las experiencias que estas mujeres describen con respecto a sus despidos son sumamente dramáticas. Todas coinciden que habían formado parte de la protesta más que nada por curiosidad, para saber qué estaba pasando y no necesariamente porque tuvieran una participación activa. Todas estaban preocupadas por la falta de seguridad durante la pandemia, ya que sabían que algunos de sus compañeros de trabajo se habían contagiado y que hubo una muerte. Sentían que la empresa no hacía nada para protegerlos (no había tapabocas, gel antibacterial ni distanciamiento), cuando muchas otras maquilas habían cerrado para proteger la salud de los trabajadores. Cuando algunos sectores de la producción pararon, para obligar a la gerencia a adoptar medidas, si bien consideraron que era correcto, no quisieron participar directamente. Algunas presenciaron reacciones violentas por parte de distintos supervisores (el nombre del jefe de recursos humanos fue mencionado en varias oportunidades) quienes incluso intentaron golpear por cuestionar su autoridad, a alguna de las mujeres que se encontraban entre los protestantes, Ellas pensaban que toda la situación había sido muy mal manejada, la gerencia llamao a la policía (si bien no hubo una protesta violenta) y por lo tanto los trataron como delincuentes. Incluso los policías, al retirarse de las instalaciones reconocieron que no se había cometido ningún acto ilícito.
Todas las mujeres entrevistadas se mostraron sorprendidas, se sintieron engañadas y desilusionadas ya que, al regresar a su trabajo después del fin de semana, después de que les habían prometido que se adoptarían medidas y que ellas podrían retomar sus trabajos, las llamaron en grupos para notificarles que debían firmar una “renuncia voluntaria”.
El resto de las experiencias son muy similares a esta. Todas las mujeres se sintieron engañadas, frustradas y tratadas de manera muy injusta. Se sentían atrapadas, sin otra alternativa que firmar y recibir una indemnización muy pequeña y sus “ahorros”. Algunas no firmaron en el momento sino más tarde, ya que se vieron obligadas por sus necesidades económicas.
La indemnización
Todas las experiencias parecen contar la misma historia: las obligaron a firmar una “renuncia voluntaria” y recibieron una indemnización muy baja y sus “ahorros” que también eran sumas muy pequeñas. Las que no firmaron no recibieron ningún tipo de indemnización ni sus ahorros. Luego, en diciembre de 2020, la empresa contactó a menos de la mitad de las mujeres entrevistadas (o se enteraron por otras personas) para notificarles que Electrolux les iba a dar una indemnización mayor.
Sin embargo, no todas recibieron esta indemnización tardia y se pusieron en contacto con el funcionario a quién se les había indicado que debían llamar solo para escuchar que debían volver en enero. Al volver en enero, el funcionario con quien habían hablado en diciembre ya no trabajaba más en la empresa y se quedaron sin la indemnización. Una de las trabajadoras relata que se habían organizado para brindar ayuda por medio de alimentos a las que no habían firmado y estaban pasando hambre debido a las dificultades para conseguir un trabajo nuevo durante la pandemia. Las entrevistadas también expresaron lo difícil que les resultó conseguir un trabajo nuevo. Buscaron trabajo por un plazo de entre 3 meses y 1 año.
Acoso sexual, discriminación, inseguridad
Ninguna de las entrevistadas había sido acosada sexualmente durante el tiempo que trabajó en Electrolux, pero sí se habían enterado de que esto había sucedido en otros sectores. Sin embargo, muchas habían presenciado cierta discriminación hacía las trabajadoras mayores en favor de las más jóvenes y “atractivas”. A estas últimas se les asignaban los mejores trabajos, los más fáciles, y recibían ascensos más fácilmente, aunque no tuvieran el nivel educativo necesario.
Hay algunos líderes de equipo y supervisores que tienen cierta preferencia por las mujeres jóvenes, les prestan más atención. Yo solía decir que si somos todos iguales y hacemos el mismo trabajo, por qué hacen diferencias con esa muchacha y la dejan elegir en qué sector prefiere trabajar…En otros sectores uno podía ver que había un cierto acoso sexual, pero no en el mío. Lo que yo sí veía era esa preferencia por las muchachas jóvenes (Diana, 42 años).
Si bien no se las acosaba directamente, las madres jóvenes no recibían casi ningún apoyo con el cuidado de los niños pequeños. La hija de una de las encuestadas, quien también trabajaba en Electrolux y estaba embarazada, fue despedida hacía poco porque pidió unos días libres para viajar a su ciudad natal para buscar a una persona que la pudiera ayudar a cuidar a sus hijos.
Otro de los temas que se trataron durante las entrevistas fue el clima de inseguridad en Ciudad Juárez. Las entrevistadas expresaron tener miedo de circular, especialmente tarde a la noche, cuando les tocaba trabajar hasta la medianoche. Si bien Electrolux tenía un autobús para transportar a los trabajadores a sus barrios, este raramente los dejaba cerca de sus casas, aunque fueran mujeres solas en la mitad de la noche. Básicamente dependía del chofer, si tenía ganas o no de dejarlas más cerca de donde vivian. Algunas mujeres se quejaron de esto en la empresa, pero nunca las escucharon.
Otros asuntos: ¿formar un sindicato?
Cuando les preguntamos sobre la posibilidad de formar un sindicato para tratar los problemas que habían mencionado, ninguna de las entrevistadas lo veía como una posibilidad. Es algo que ni siquiera se les había ocurrido, eso muestra cuán remota era la posibilidad de hacerlo. El miedo a ser despedidos está muy presente en todos los trabajadores.
Reflexiones finales
Uno podría verse tentado a pensar que lo que sucedió en Electrolux en abril de 2020 fue responsabilidad de la gerencia local, quien malinterpretó las señales y tomó medidas radicales para reprimir lo que ellos pensaban era un movimiento peligroso de los trabajadores y que ponía en peligro la producción. Sin embargo, las experiencias de estas mujeres nos muestran problemas más profundos: las condiciones de trabajo, las actitudes irrespetuosas hacia a los empleados, el machismo de los supervisores y la indiferencia con respecto a los derechos y seguridad de los trabajadores. Esto es especialmente problemático dado el contexto donde trabajan estas fábricas, en Ciudad Juárez, la cual, como ya se mencionó anteriormente, es conocida por un constante clima de violencia que afecta especialmente a las mujeres. Otro problema son los supuestos códigos de conducta que la empresa dice seguir, pero que claramente incumple tal como demuestran estas experiencias.
Naturalmente, esta situación afectó tanto a los trabajadores hombres como a las mujeres pero tal como muestran las estadísticas que presentamos, las mujeres, y sobre todo las mujeres mayores, son las que han tenido mayores dificultades para conseguir empleo durante la crisis de la pandemia.
La conclusión más grave es que los trabajadores no cuentan con mecanismos para hacer valer sus derechos frente a la empresa. No hay sindicatos y tampoco la posibilidad de formar uno debido al clima de miedo constante que infunde la gerencia, y que pretende mantener, por ejemplo, a través de la adopción de medidas como el despido masivo de abril de 2020. Esto es algo que la directiva global de la empresa debe revisar. Cumplir con los contratos de producción puede redundar en ganancias a corto plazo, pero respetar los derechos humanos puede generar mayores ganancias a largo plazo.
Referencias
Amnesty International 2003, México: “MÉXICO. Muertes Intolerables: Diez años de desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua: Informe resumido y apelaciones”. Informe de Amnesty International, 10 de agosto de 2003, número de clasificación: AMR 41/027/2003 https://www.amnesty.org/en/documents/AMR41/027/2003/en/
De la O, Martínez, M. E. 2004 ”Women in the maquiladora industry: toward understanding gender and regional dynamics in Mexico”. Cap. 3 en The social costs of industrial growth in northern Mexico, editado por K. Kopinak, 65-96. La Jolla, California: Center for US-Mexican Studies, 2004.
El País, “Siete de cada 10 desempleados por la pandemia en México son mujeres”. El País, 17 de mayo de 2021 https://elpais.com/mexico/economia/2021-05-17/siete-de-cada-10-desempleados-por-la-pandemia-en-mexico-son-mujeres.html
Electrolux. Código de Conducta, 2019: https://www.electroluxgroup.com/wp-content/uploads/sites/2/2019/02/electrolux-code-of-conduct-spanish-mexico-b.pdf
Ellas tienen nombre. Véase: https://www.ellastienennombre.org/2020.html visto el 23 de junio de 2021
El Financiero, Mexico, 1 de enero de 2021. https://www.elfinanciero.com.mx/economia/nuevo-salario-minimo-de-141-7-pesos-entra-en-vigor-a-partir-de-este-viernes/
Infobae 2020, “El sombrío panorama de las maquiladoras en Ciudad Juárez ante el Covid-19”. 23 de abril de 2020. https://www.infobae.com/america/mexico/2020/04/24/el-sombrio-panorama-de-las-maquiladoras-en-ciudad-juarez-ante-el-covid-19/ visto el 23 de junio de 2021
Quintero Cirila, 2021, “La Aportación de las trabajadoras de la maquiladora a la economía local y regional: una historia pendiente”. Notas breves de la AHENME, Año 2021, vol. 4, número 21
Swanger Joanna, 2007, Feminist Community Building in Ciudad Juárez: A Local Cultural Alternative to the Structural Violence of Globalization, Latin American Perspectives, Vol. 34, número 2 págs. 108-123.
Ministerio de Trabajo de los Estados Unidos, leyes sobre salario mínimo de los estados. 1 de mayo de 2021. https://www.dol.gov/agencies/whd/minimum-wage/state visto el 23 de junio de 2021
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